Con los recursos de prevención y control disponibles en las sociedades avanzadas, la actual propagación de la mpox no debería representar una amenaza significativa para la salud pública. El 13 de agosto, los Centros de Control de Enfermedades y Prevención (CDC) de África declararon el brote de mpox como una emergencia de salud pública en el continente, seguido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que hizo lo mismo a nivel global al día siguiente.
Esta alerta surge tras el registro de más de 17,000 infecciones en África, lo que representa un aumento del 160 % en comparación con 2023, afectando principalmente a países como la República Democrática del Congo, República Centroafricana, Ruanda, Uganda y Burundi. La situación es preocupante, ya que algunos casos han cruzado fronteras, incluyendo España, que ha reportado más de 8,000 casos desde 2022.
Una de las razones de la emergencia es que el brote actual afecta a un mayor número de niños menores de 15 años, en contraste con el primer brote que se centraba en personas con relaciones sexuales. Esto indica un cambio en la forma en que se propaga el virus, siendo el contacto directo el principal medio de transmisión.
El mpox se clasifica en dos variantes: clado I y II. La variante que está predominando en África es del clado I, aunque aún no se ha determinado si es más contagiosa que la variante anterior. El virus, que se originó en animales, se transmite a los humanos principalmente a través del contacto directo con personas infectadas.
A diferencia del SARS-CoV-2, el mpox tiene un mecanismo de transmisión más claro, lo que facilita su control en un sistema de salud adecuado. Sin embargo, en regiones en conflicto como la República del Congo, esto se vuelve complicado. Además, gran parte de la población ya tiene inmunidad debido a la vacunación contra la viruela humana, lo que ha contribuido a la protección contra el mpox.
La OMS ha instado a aumentar la disponibilidad de vacunas y recursos en los países más afectados, ya que la prevención y el manejo adecuado de la infección son cruciales para controlar su propagación. Aunque algunos epidemiólogos sugieren que podríamos estar ante el inicio de una nueva pandemia, el enfoque en el control de casos y la vacunación preventiva son las mejores estrategias a seguir.
Para evitar la propagación del virus en Europa, es fundamental detectar rápidamente los casos y evitar el contacto directo. La vacunación también es clave, especialmente para las poblaciones en riesgo que no han sido inmunizadas contra la viruela. En Europa, ya existe una vacuna efectiva, IMVANEX, que protege contra ambas variantes del virus.
La expansión de enfermedades infecciosas se ve favorecida por factores como la colonización humana de nuevos hábitats, el cambio climático y la movilidad global. Estos elementos resaltan la necesidad de un sistema de salud robusto que pueda detectar y manejar infecciones de manera eficiente, priorizando la prevención y la vacunación.