El presupuesto destinado a la salud para 2025 ha sido presentado con la intención de mejorar la atención médica, aunque un tema crítico sigue sin ser tratado de manera efectiva: las listas de espera, las cuales se mencionan de manera reiterativa. A medida que se analizan cifras y proyecciones, es fundamental reflexionar sobre cómo enfrentar este problema persistente.
Las listas de espera han alcanzado niveles preocupantes, dejando a miles de pacientes en un limbo, muchas veces esperando durante meses o incluso años por el tratamiento que necesitan. Esta situación agrava las desigualdades en el acceso a la atención médica, afectando especialmente a las comunidades más vulnerables, que no cuentan con los recursos para buscar alternativas. Esto representa una clara violación de los derechos constitucionales.
A pesar de que el nuevo presupuesto incluye aumentos en varias áreas, junto con más recursos para este asunto, la falta de un plan específico es alarmante. Los fondos para infraestructura y personal no serán suficientes si no están directamente relacionados con la eliminación de estos retrasos. Sin un plan definido y objetivos claros, es probable que las promesas queden solo en papel, mientras los pacientes continúan sufriendo.
El presupuesto no refleja una disminución efectiva de la desigualdad en el acceso a la atención ni propone medidas innovadoras que aseguren que todos los ciudadanos puedan acceder a servicios médicos de manera oportuna, sin importar su situación económica. Las listas de espera siguen considerándose un problema más a financiar.
Otro punto crítico es la falta de transparencia en el uso de los fondos asignados. Sin mecanismos claros de rendición de cuentas, es difícil determinar si los recursos se están utilizando de manera efectiva para abordar esta problemática. Los ciudadanos tienen el derecho de exigir claridad sobre el uso de sus impuestos para mejorar el sistema de salud y su accesibilidad.
Es crucial que quienes aprueban el presupuesto reconozcan la urgencia y la magnitud social de este problema. Se necesitan acciones concretas: contratar más profesionales de la salud, optimizar la gestión de interconsultas, implementar tecnología que agilice procesos, integrar al sector privado en un rol más activo, y fusionar los sistemas público y privado en el área de atención oncológica. Solo así se podrá comenzar a resolver el problema de las listas de espera y proporcionar a los pacientes la atención que merecen.
El presupuesto de salud 2025 tiene el potencial de hacer una diferencia significativa, pero esto solo se logrará si se aborda seriamente el desafío de las listas de espera que enfrentan miles de chilenos. Las autoridades y el Congreso deben cumplir con su responsabilidad constitucional. Sin un compromiso genuino, continuaremos atrapados en un ciclo de ineficiencia y descontento, mientras los pacientes esperan la atención que el sistema de salud debería asegurarles.